viernes, 29 de mayo de 2009

Candidato

martes, 26 de mayo de 2009

Injusticias



¡La culpa la tiene el juez! Como consecuencia de las disposiciones de una ley nacional estuvo obligado a liberar antes de tiempo a un condenado, quien luego violó y asesinó a una joven, pero, obviamente, es más fácil echarle la culpa al juez. Apuntar los cañones del reproche hacía la ley es mucho más complejo. Más difícil aún es analizar la responsabilidad de quienes dictaron esa norma. Doblemente arduo es escudriñar sobre nosotros, los ciudadanos, que votamos a los sujetos que sancionaron la ley. Empresa imposible para nuestra tosca capacidad crítica.  Nadie se quiere auto incriminar. Necesitamos un responsable preciso y determinable. Afinamos la puntería hacía el juez. Un blanco perfecto para saciar nuestras culpas. Imposible errarle. Permitimos modosamente que se mantenga un sistema penitenciario atroz que incentiva la criminalidad. Pero la culpa, obviamente, la tiene el juez que dejó libre a la bestia azuzada. Es demasiado complejo pensar en las culpas de los burócratas del ejecutivo elegidos por la fórmula partidaria que votamos. Sería, nuevamente, poner el cañón sobre nuestra propia sien para remover los sesos de nuestra calidad ciudadana. Nos vendría bien reconocer la tremenda responsabilidad que nos cabe en todo este asunto. Somos la punta del ovillo,  la madre del borrego. Votamos sin pensar. Sin recapacitar sobre el compromiso que ello implica. Ciegamente, otorgamos un mandato y luego pretendemos desentendernos de lo que hicieron con el.  Elegimos espejos de colores y pronto intentamos no vernos reflejados en ellos. Nos disgusta la imagen que nos devuelve y preferimos evitarla. Irremediablemente, somos unos hipócritas. Y eso, es solo culpa nuestra.   

Aníbal. 




Símbolos de pertenencia

jueves, 21 de mayo de 2009

Víctimas

domingo, 17 de mayo de 2009

Explotación

miércoles, 13 de mayo de 2009

Neopolíticos

La nefasta estrategia de posicionar candidatos provenientes del mundo del espectáculo y el deporte, es asimilable a las maniobras marketineras de proponer figuritas que surgen del universo de los negocios.
La utilización del símbolo es idéntica. Para unos, la fama e imagen, y para éstos últimos, el dinero. Es decir, en ambos casos, se echa mano a sujetos que trasmiten tres de los valores que más se exaltan en la sociedad en que nos toca existir.
De la misma forma que, desde mi perspectiva, encuentro incompetente y falto de sensibilidad a una estrella del espectáculo para legislar o gobernar, percibo inútil a un tipo de negocios, acostumbrado al individualismo, para trabajar por el bien común o fluir en el complejo arte de componer los intereses de mayorías y minorías.
Es cierto que los hombres de pura cepa política nos defraudan constantemente, pero no por ello hay que entregarse a la oferta de productos con atractivo packaging y contenido vacío.

Anibal

domingo, 10 de mayo de 2009

Cartón lleno

domingo, 3 de mayo de 2009

Juego